viernes, 9 de octubre de 2009
Contra las patrias. (6)
La opinión que me parece más sensata sobre esta cuestión nacional-patriótica tiene su adecuada expresión en este párrafo de Santayana: "El país de un hombre, en el sentido moderno del vocablo, es algo que nació ayer, que modifica constantemente sus límites y sus ideales, es algo que no puede perdurar eternamente. Es el producto de accidentes geográficos e históricos. Las diversidades entre nuestras diferentes naciones son irracionales. Cada una de ellas tiene el mismo derecho -o necesita tener el mismo dercho- a sus peculiaridades. Un hombre que sea justo y razonable desde hoy en día, en la medida en que se lo permita su imaginación, participar del patriotismo de los rivales y enemigos de su país, un patriotismo tan inevitable y conmovedor como el suyo. Como la nacionalidad es un accidente irracional, lo mismo que el sexo o el carácter orgánico, la lealtad de un hombre hacia su país debe ser condicional, por lo menos si es un filócofo. Su patriotismo tiene que subordinarse a la lealtad racional, a cosas como la humanidad y la justicia".
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