Con este post acabamos la serie dedicada a "Contra las patrias", el libro que Fernando Savater escribió en 1984 y reescribió en 1996.
Esta anécdota la contó en una de sus glosas Eugenio d´Ors. En el París de comienzos de siglo malvivía un mendigo irlandés, que se ganaba unos pocos céntimos para vino tocando el acordeón. Cuando alguien mencionaba Irlanda, sus ojillos de borracho se llenaban de lágrimas. Un día le gastaron sus compañeros de asilo una broma siniestra. Aprovechando que todo el mundo hablaba de una catástrofe volcánica ocurrida en una isla americana, le dijeron al pobre viejo que la verde Erín había sido destruida. Esa noche sonó una dulce balada irlandesa tocada al acodeón sobre un puente del Sena, luego un chapuzón en las aguas negras. Así es el verdadero amor: no quiere instituciones ni pone bombas, pero no sabe sobrevivir a lo que ama.
martes, 3 de noviembre de 2009
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