jueves, 30 de julio de 2009

Corre, Rocker. (17)


Durante diez años, fue toda una seria prueba para mi asertividad emplear mis energías de comprensión en separar el grano de la paja en ese cúmulo de ingenuidades y valoraciones a la gruesa. Me alegro de haberlo hecho. Me obligó a precaverme de los fanatismos. Me premió con momentos de calidez humana, de vulnerabilidades compartidas con gente opuesta ideológicamente. Me hizo más comprensivo. Tras diez años, consideré que necesitaba esas fuerzas de comprensión al completo para intentar desentrañar interrogaciones más complejas que afectaban a la existencia, a la identidad, a la vida y a cosas más importantes.

Corre, Rocker. (16)


Por ejemplo, yo aspiraba a ser un escritor bilingüe, cosa que me parecía fascinante. Así que le pedí ayuda a una compañera de instituto para corregir mis faltas en catalán. Lo hizo con gran sentido de la pedagogía y de la amabilidad.
Iba yo un día paseando con mis pantalones de cuero negro y me la encontré en el parque de la Ciudadela. Le comenté que me dirigía a un concierto de los Ramones y me contestó irónicamente: "Ah, ¿y por eso te has vestido así?". Le contesté que no necesariamente. Me los ponía cuando me apetecía. Lo que me callé, por pura cortesía, fue que me había parecido la actitud más patrenalista y farisea que pudiera imaginar. Suponerse capacitado para connotar las maneras de vestir de los demás como correctas o incorrectas nos pone a un paso del estado policía o de los burgueses bienpensantes de Flaubert. Lo que también me callé fue que, puestos a juzgar vestimentas, la suya le ponía a un paso de una Heidi decididamente volcada hacia lo cursi. Pero era rubia, tenía unos ojos azules preciosos y preferí dejarla que se alejara levitando por su sendero excursionista de connotaciones patrias.
En rigor, he de reconocer que ella era una persona encantadora y uno siempre encuentra decepcionante que le desinflen las posibilidades de ligar, pero la anécdota sirve perfectamente como metáfora de la incomunicación existente en aquellos años entre la catalanidad "pertinente" y la realidad mestiza ignorada que ofrecía la calle barcelonesa. El desprecio era altivo y mutuo, sin atender, cualquiera de las mitades, a que era una negación de la realidad el prtender ignorar a la otra parte. El hecho incontrovertible para mí es que, a pesar de expresarme principalmente en castellano, inevitablemente comprendo mejor a mi primo Pep de la comarca d´Osona y a Federico Fellini que a un campesino argentino o a un policía mexicano. Por tanto, mi catalanidad, expresada en castellano, es incontestable.

miércoles, 29 de julio de 2009

Corre, Rocker. (15)


Esa intensidad punk rara vez cuajó en los adolescentes que estaban implicados ideológicamente en cualquier proyecto catalán de reivindicación nacionalista. Aparte de panotxa, cuyos grupos Basura y Ultratruita estuvieron muy lejos de cuajar, era difícil encontrar punks catalanohablantes. Algún miembro de Distrito V y poco más. En cierto modo era lógico. El proyecto nacionalista pedía la sustitución de un orden por otro que al usuario le resultaba más afín a sus sentimientos. Frente a eso, nuestra apuesta era por el desorden artístico. La sociedad sensata y conservadora que soñaron los vencedores de las primeras elecciones autonómicas no contemplaba esas sutilezas. Esa sociedad quería pronunciar "diversidad" y sus órganos de fonación terminaban articulando "divergencia". Su idea de la integración era repartir cuotas, crear una bolsa de conjuntos disjuntos, cada uno a cargo de sus respectivos dfensores del purismo. Se encaminaba hacia un irrealizable proyecto nacional basado en el patriotismo campesino, ignorando las cifras del reparto demográfico. En los habitantes urbanos, lo de campesino se quedaba en excursionista, y punto.

lunes, 27 de julio de 2009

Corre, Rocker. (14)


El lector ávido de sensaciones morbosas puede empezar ya a salivar porque entramos a partir de aquí en las primeras olas del torbellino rock que nos arrastró en dos de sus más clásicas vertientes: violencia y sexo.
Claro que, tratándose de nuestro caso, la arquitectura de ambos términos es parecida a la historia militar de los españoles en los últimos cuatro siglos, que para salir vencedores de alguna guerra no les quedó más remedio que declarársela a ellos mismo.

Corre, Rocker. (13)


España era un país donde, sobre el ensayo de la sección orquestal del futuro Estado del Bienestar, todavía sonaba como fondo la desafinada carraca cuartelera. Aquel mismo año terminaba yo mi servicio militar (algo por entonces nada "objetable") y pude asisitir desde dentro a la asonada chaplinesca del 23-F. De estar tocando con mi grupo aprovechando el pase pernocta, pasé a estar acuartelado con una ametralladora repleta de balas compartiendo la cara desencajada de mis compañeros. Nadie sabía lo que teníamos que hacer, ni cómo iba a acabar todo aquello. La única realidad clara de aquellos seres humanos de a pie, que vi una noche en el patio de un cuartel, era abstenerse de salvar cualquier cosa patriótica que, desde su puinto de vista, no necesitaba ninguna salvación. Era un país en el cual los punks compartían la acera con las monjas y se desalentaban amable y mutuamente con su sola presencia.
Unos meses después, en la madrileña sala Carolina, cuando estaba tocando el grupo punk los Reprisex, se subió un tipo al escenario exhibiendo una documentación de guardia civil y pretendiendo que dejaran de tocar porque "Ya estoy harto de vosotros, coño". Los pobres músicos reaccionaron con la actitud más punk posible, es decir, ignorándolo totalmente. En vista del éxito, el marcial individuo trasladó sus quejas al técnico de sonido conminándole con severas voces: "¡corta el sonido, ya!". El técnico, un individuo avispado, habiendo observado los logros de la estrategia desplegada por los músicos, siguió la misma táctica de total indiferencia. El supuesto benemérito decidió tomar medidas drásticas y no le quedó más posibilidad que dirigirse al encargado del local con una frase que pasó a las antologías episódicas de los músicos como emblemática: "Emilio, que no me hacen caso".
El incidente no me lo invento y refleja una curiosa simetría con la imagen de Tejero pasada por los espejos del callejón del Gato. Debe ser duro ser el mesías y encontrarte a tu llegada a la tierra con que el ser humano no tenía prevista tu visita en su agenda repleta de citas más interesantes. Vuelva a llamar otro día y pida hora. Veremos qué se puede hacer.

domingo, 26 de julio de 2009

Corre, Rocker. (12)


Pero de nuevo hubo suerte y un vacío de poder en forma de crisis del partido mayoritario tuvo a los políticos distraídos por un tiempo. En esos casos, suele respirarse mejor en temas de intención expresiva. A continuación, una aplastante victoria socialista en las elecciones de 1982 vino a alargar sobremanera el recreo. Evidentemente, los nuevos inquilinos de la estilográfica que firma decretos tenían primero que organizarse. Ocupados en prepararnos la ingestión de unos cuantos sapos (ingreso en la OTAN, recorte de las pensiones...) no para hacernos tragar el renacuajo de desmantelar una programación que escuchaban cuatro o cinco mil adolescentes chalados. De todas esas casualidades nació para nosotros un lustro impagable, un tiempo muerto en el partido de la ruindad que, tarde o temprano, todos sabíamos que acabaría con el marcador habitual en el caso del género humano.

viernes, 24 de julio de 2009

Corre, Rocker. (11)


Frente a eso, en Madrid se empezaba a desarrollar una ágil carrera de balandros. Empezabamos a ser, primero, asiduos de los viajes en autocar y, posteriormente, del puente aéreo. La costumbre del bilingüismo (un sano relativismo cultural) y el clima afable del Mediterráneo nos imposibilitaba la residencia definitiva. Defender allí la identidad propia del país de origen frente a la simplificación españolista, y vindicar en Cataluña la realidad del mestizaje inocente y sobrevenido de los emigrantes (verdadera carne de cañón) frente al nacionalismo impositivo, ese fue nuestro caso. Instalados en una permanente tierra de nadie, acusados de separatistas o colonialistas según qué pandilla de fanáticos levantara el dedo, pronto supimos que como todo aquel que se preocupa de los hechos cotidianos al exilio cultural por señalar la falacia de las grandes ideas que el bandolerismo institucional agitaba a uno y otro lado del Ebro. Seríamos reducidos a una simple moda, a algo banal, sin entidad cultural, sin peso verdaderamente artístico.

jueves, 23 de julio de 2009

Corre, Rocker. (10)


Para postre, se estaba llegando por aquellos días al vestíbulo del malentendido nacionalista (según el cual, cualquier cosa que atentara contra lo bienpensante, atenta conta Cataluña, dado que Cataluña será sensata o no será). Por contra, el nihilismo insurgente punk arraigaba con más facilidad en la juventud suburbana. Sus formas de expresión ruidosas y rudimentarias se llevaban bien con la urgencia y necesidad adolescente de que cualquiera pudiera acceder a una amplificación de su voz. En los barrios periféricos de las pobalciones industriales quienes más abundaban eran los descendientes de las sucesivas oleadas de emigrantes de habla castellana. De tal manera, todo lo castellano quedaba connotado, de una manera automática, como musicalmente agresivo e iletrado en aquella curiosa "bienséance".
Atrapados entre rockers son problemas de logopedia y folclóricos que se apropiaban arbitrariamente el monopolio de la juglaría para un uso privado de exaltación nacionalista, aquel ambiente hubiese sido nuestra muerte.

Corre, Rocker. (9)


Una vez el dinero y las vacaciones se acababan, volvíamos a las clases y el grupo de exploradores iba filtarndo cada vez más a sus adeptos. Existe un tipo de alumno en cualquier escuela del mundo que no es brillante ni tonto, juega con habilidad al fútbol y es un buen compañero de salidas, ni drástico, ni aburrido. Mis camaradas odiaban a los empollones, pero disculpaban mis excelentes notas a causa del brillo pícaro y desobediente que, unido a una potencia intelectual en exceso precoz que dejó de crecer en algún momento, había puesto públicamente en apuros a más de un sacerdote en el colegio.
En lo que a mí me afecta, constataba que no siempre el erudito es quien más sabe y que aquellos que conocen todas las respuestas del cuestionario no son siempre los más inteligentes.

martes, 21 de julio de 2009

Corre, Rocker. (8)


"Sobre 1980 se escuchaba una música excelente en los barrios. La actividad cívica, dentro del esperanzado horizonte democrático recién estrenado, había favorecido la inquietud cultural y el asociacionismo en la periferia de las ciudades" (...) Por una vez, ser un país que llega tarde a todas sus citas de la centuria nos benefició, volcando en la batidora una síntesis de medio siglo de influencias juveniles de la que se licuó una gota de carácter propio. Es decir, toda una generación proclive a la humorada nihilista. Decíamos llamarnos punks, pero en el fondo había una palabra castellana mucho más adecuada. Eramos gamberros, solo pacíficos y sencillos gamberros. la mejor definición que se me ocurre para un artista".

lunes, 20 de julio de 2009

Corre, Rocker. (7)


De una manera superficial, veíamos en esa generación una obsesión por el desgarro de la contienda del treinta y seis que nos parecía aburrida, provinciana y anclada en el pasado. Ingenuamente, pensábamos que, por no haber sido traumática para nosotros, la memoria de la guerra civil tampoco nos marcaría. De manera injusta, hacíamos un mismo paquete odioso con el cansancio de ese tema y otras preocupaciones de la generación precedente (masturbación culpable, problemas para aceptar la pulsión sexual indiscriminada, etc.). Aceptábamos nuestras ventajas como si fuera la normalidad, sin darnos cuenta de lo excepcional de nuestro caso. Los que debutamos como adolescentes ambiciosos en 1977 disfrutamos de una educación extraña e irrepetible. Hasta los doce o trece años recibimos en las escuelas los últimos y descafeinados rigores de la catequesis tardofranquista que, con la vista puesta en el futuro, ya ensañaba sus patéticos intentos de puesta al día. Eso nos otorgó perspectiva suficiente como para valorar hasta qué punto podía haber resultado desesperante y opresivo recibir toda tu educación en ese ambiente de fariseísmo. justo cuando empezábamos a segregar las hormonas de la edad más decisiva, empezó la transición democrática. Desfilaron entonces por aquellos colegios unos sexólogos y psicólogos que contradecían abiertamente la versión de la vida promovida por los sacerdotes apenas dieciocho meses antes. Esa visión tan seguida de las dos caras de la moneda creó toda una generación de escépticos posibilistas, de saludables cachorros de fauno. El grupo más efectivo de ácratas y terroristas culturales que he conocido tenía quince años y era un curso completo de bachillerato. El mayor susto para la gente de orden en cualquier época de transición hacia unas libertades puede ser comprobar con qué naturalisdad germina la semilla del librepensamiento entre los jóvenes.

Corre, Rocker. (6)


Por tanto nos situamos en el extremo opuesto de los telúricos cantautores barceloneses de la guitarra de madera. Nosotros teníamos guitarras eléctricas y, con la misma voluntad de protesta que ellos, teníamos el punk rock. El entendimiento, a pesar de ese mismo origen, fue nulo por ambas partes. Los progresistas que habían nacido tres lustros antes que nosotros, después de desgastar su primera juventud bajo el techo gris de la última suela franquista, se decepcionaban ante unos frutos de la transición democrática que siempre resultaban magros con respecto a sus anhelos de alopecia y celulitis, dieron por sentado de manera superficial que a nuestra oposición estética le debía acompañar necesariamente la misma toma de posición ideológica. lo mínimo que nos llamaron fue fascistas. Resultaba inútil argumentar que interesarse por la cultura musical de un país no significa estar de acuerdo con su política exterior. Era vano también recordar que el rock procedía de los afroamericanos, el estamento más desposeído de aquella cultura. Todo eso puede parecer obvio ahora, pero entonces mi amigo J.M. fue zarandeado en Bilbao por una recia cuadrilla de muchachotes con camisas a cuadros que le acusaban de colonialista. El pecado de mi amigo era llevar tupé y cazadora de cuero en lugar de barba y melena. En la pupila de sus agresores brillaba la fiebre compulsiva del "hooligan" que dice en plural "hemos ganado" después del partido de su selección nacional.

domingo, 19 de julio de 2009

Corre, Rocker. (5)


"Un sentimiento de humorada transgresora y de juego perverso empezó a impregnarlo todo. La idea de la diversión irracional parecía muy subversiva. Al fin y al cabo es el mismo origen seminal que encontramos en muchas vanguardias. En lo que a Madrid respecta, el mecanismo de amplificación decisivo fue que se trató de un fenómeno interclasista, alegre y caritativo. Solo allí sse mezclaron sin fanatismos los punks y los rockers, las diferentes tendencias sexuales, la alta burguesía de Liceo y el adolescente de instituto público" (...) Lo dífícil -continúo un tanto académicamente- era crear una épica propia. Después de generaciones de cruzadas y militancias en las resistencias intelectuales, todo el mundo quería frivolizar y reír hasta reventar. Solo era necesario un lugar donde reunirse para tomar la diversión como excusa, y Madrid hizo de caja de resonancia. Lo que luego sucedió es que a veces, de tanto reírse se resienten las mandíbulas; y todo llegó a un punto tan histérico que muchas sonrisas se quedaron inmoviizadas en muecas".

Corre, Rocker. (4)


"En los años siguientes, los habituales círculos herméticos, hecho el reparto parcelario de favores, anunciaron que se había acabado el recreo. Pusieron orden en el patio y empujaron suavemente al centro de la plaza el tótem de las razonables esclavitudes cívicas. En Cataluña, donde una coalición de conservadores nacionalistas ganó las primeras elecciones autonómicas, se notaron enseguida los efectos de la ofensiva bienpensante.

sábado, 18 de julio de 2009

Corre, Rocker. (3)


"En lo que tarda en darse tal descubrimiento, uno se compra un instrumento musical deduciendo que, de cara a las muchachas en flor, ese tipo anodino que en las fiestas está parado como un inútil al lado del tocadiscos resulta un poco más inetresante si, por lo menos, hace el pasmarote con una guitarra colgada del omóplato. No cabía el alma de contento conmigo por haber desentrañado tantos misterios, cuando descubrí que la solución de un problema lo único que hace es poner al contacto con la atmósfera una nueva capa, más sensible y dolorosa del tejido problemático".

jueves, 16 de julio de 2009

Corre, Rocker. (2)


"Conservo el entrañable recuerdo de mi madre allá arriba en lo alto de su silla, soldando cuellos de camisa para pagar las cuentas del colegio salesiano. Recibí de los sacerdotes una educación valiosa e imprecisa, trufada de recomendaciones disparatadas. El punto más débil de su pensamiento era que basaban su epistomología en el comentario de texto de dos obras: un relato como titulado El catecismo y una novela por entregas llamada La Biblia. La trama resultaba enrevesada y la sintaxis bastante pobre. Los personajes quedaban desdibujados en su mayoría. Aparecían tres simpáticos contrabandistas que se dedicaban a transportar metales preciosos a través de las fronteras. Uno de ellos, Baltasar, era un claro antecedente de la novela nacional africana. Se esbozaban rudimentos de perspectivismo y narrador fragmentado. Recuerdo una segunda parte con cuatro periodistas que asistían a la rueda de prensa de un afamado surfista de Nazaret y posteriormente cada uno de ellos daba su versión del asunto.
Contado así podría parecer interesante, pero el autor fracasaba en la estructura y en el ritmo narrativo, dado lo cual prefirió negarse a firmar la obra, quedando esta como anónima y desperdiciándose un amplio horizonte de derechos de autor.

martes, 14 de julio de 2009

Corre, Rocker

A partir de hoy os iré poniendo trocitos del libro "Corre Rocker". Una crónica personal de los ochenta, publicada por Sabino Méndez en el año 2.000.





"Y veo allá abajo a un tipo sentado que soy yo. Con un personaje imaginario a su lado que, en nombre de conceptos que no deberían tomarse nunca en vano, busca allanarse el camino hacia el éxito. Se habla en privado de vender rebeldía como si fueran enciclopedias y, en público, los peores momentos se decantan hacia la demagogia".

miércoles, 8 de julio de 2009