jueves, 12 de enero de 2012
Nacionalismo pegajoso
El nacionalismo es tan pegajoso que no pocos furibundos antinacionalistas acaban interiorizando sus manías, como les pasaba a los jesuitas que pretendían convertir a los mandarines chinos al catolicismo y terminaban quemando incienso en el altar de los antepasados.
CARLOS MARTÍNEZ GORRIARÁN
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