viernes, 26 de junio de 2009

Judici final



"Des del cim, el paisatge era bellísim. Asseguts al tronc d´un arbre caigut el contemplaven en silenci. Les pàtries, reflexionà en la intimitat Martínez. Cap en valia una vida. Però ell l´havia arriscada per Israel i Liam havia matat per Irlanda i l´havien condemnat a mort o a l´exili permanent per ella. Les pàtries ho devoren tot; implacables amb els errors dels seus fills penetren fins al moll de l´os de l`ànima, distorsionat o destruint tot allò que té de racional l´home."


Judici final, FERRAN TORRENT

miércoles, 17 de junio de 2009

Cuando las barbas de Flandes veas pelar, pon las tuyas a remojar. (II).


Según el diario Le Soir, la partición del país entre flamencos y francófonos costaría 7.200 millones de euros al año. En cambio, más eficacia por parte de las administraciones federales generaría ganacias de 14.000 millones de euros.

martes, 16 de junio de 2009

Cuando las barbas de Flandes veas pelar, pon las tuyas a remojar.


Flandes ha reavivado el endémico conflicto regional que fractura Bélgica con una nueva legislación polémica, que restringe la adquisición de suelo para uso residencial a los habitantes de la región, con el objetivo de frenar lo que se considera una creciente "invasión" francófona de su terrirtorio.
Resumiendo, es como si a un sevillano le pusieran problemas al comprar un apartamento en Salou. De momento en Catalunya no hemos llegado a esta locura, pero cuando veas las barbas de Flandes pelar, pon las tuyas a remojar.

sábado, 13 de junio de 2009

lunes, 8 de junio de 2009

La culpa fue del chachachá.


José María Sanz, "Loquillo", en El Periódico de Catalunya.


“Me miro en el espejo y soy feliz, y no pienso nunca en nadie más que en mí». Así fue como Parálisis Permanente se presentó al mundo. Su himno a la independencia moral se llamó Autosuficiencia, y eso fuimos nosotros: individualistas, transgresores, hedonistas y algo peor: gente sin compromiso político aparente. Los hippies y sus aquelarres nos parecían el horror; el nacionalismo, el terror, y las discusiones de maoístas y trotskistas, un coñazo. Para nosotros, la vida urbana, cosmopolita, llena de tentaciones y nocturnidad, era el mundo. El país vivía entre ruido de sables y el terrorismo de ETA. El mundo, la crisis del petróleo. Así que nos dedicamos a vivir con intensidad suicida. No confiábamos en el futuro: nadie nos había dicho que lo tuviéramos.
Pese a que las cartas estaban marcadas, nos subimos al escenario. Fuimos la primera generación que, a través del pop, el rock o el punk, escribió sin censuras, reflejando su realidad. Jamás pensamos en acceder al poder ni influir en él. Para eso ya estaban algunos que con el tiempo han conseguido ser arte y parte. Tampoco nos hubieran dejado: el poder es para ellos solos, los del compromiso. Nosotros solo somos los chicos de los 80.
No importaba el día siguiente. Aun así, algunos logramos destacar, pese a que los medios seguían mostrando una España o casposa o vestida de pana. Conectamos con un público que sentía que nuestras canciones eran el reflejo de sus miedos y desesperanzas. Los guardianes de la moral social y política respondieron. Ellos, tan comprometidos con el negocio de la democracia, nos vieron como su némesis.
Ahora, tras la muerte de Antonio Vega, vuelven a darnos lecciones de moral, y nos dedican artículos que jamás escribieron cuando eran necesarios. Con la milonga de que estos chicos de la movida solo sabían ponerse hasta el culo y fueron víctimas de su tiempo, sacan nuestras miserias a pasear, sin contar ni uno de nuestros logros, para poder decir que aquí no ha pasado nada, que la dictadura de lo políticamente correcto ha conquistado sus últimos objetivos y que la movida fue un arrebato de esa España en construcción. Su legado artístico y la generación que creció con él y que hoy paga la crisis, como entonces, les importan una mierda.